Escucha hermano, mírame,
aquí me ves, tirado en el suelo,
derrotado y abatido
por la bofetada de tu desprecio.
no hay mayor castigo
que ser ignorado,
que no ser amado
que no ser válido ...
escucha mi silencio entre tanto ruído
tal vez así, adivines que existo.
ven aquí, siéntate a mi lado
tal vez te pueda enseñar algo...
tal vez solo entoces te atrevas
a mirarme a los ojos
porque sepas
que no me estás despreciando
pero ... que digo ...
posiblemente, ni siquiera
me estés escuchando,
sin embargo, pase lo que pase
quiero que sepas,
que solo merece la pena vivir la vida
si la has dado por el que está a tu lado,
ahogado en su propio llanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario